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Fecha publicación hace 7 años

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Apple y Samsung al fin tienen paz tras siete años de guerra en los tribunales.

El difunto Steve Jobs amenazó a Samsung con medidas "termonucleares" por "copiar deliberadamente" a Apple. Por su parte, la empresa surcoreana respondió calificando de "yihadistas" a los de la manzana. Este cruce de acusaciones verbales en el ocaso de la vida de Steve Jobs que fue el preludio de una guerra judicial por el uso patentes entre ambas compañías que se ha prolongado más de un lustro y que ambas partes han decidido solventar con un acuerdo secreto.

Apple acusaba a Samsung de haber copiado el diseño del iPhone. Una acusación que, según el fallo emitido por el tribunal de San José (California) el pasado mes de mayo resultó ser cierta, al menos parcialmente ya que el monto exigido por la empresa de la manzana era superior, y los coreanos fueron condenados a pagar 539 millones de dolares."Este caso siempre fue por algo más que dinero. Es importante que continuemos protegiendo el duro trabajo y la innovación de tanta gente en Apple", indicó la empresa de la manzana en un comunicado tras conocerse el fallo mientras que Samsung optó por la callada por respuesta tras recibir este pequeño revés. En perspectiva, la cantidad a pagar indicada en el fallo en California se trataba de un número ridículo teniendo en cuenta los cientos de millones invertidos en abogados y litigios por parte de ambas compañías durante más de siete años que, por otro lado, podría proseguir durante años en instancias superiores. Quizá por esa razón ambas compañías han alcanzado un acuerdo de carácter privado para poner fin a una batalla trivial más allá del campo propagandístico.

 

Apple y Samsung comparten más razones para llevarse bien que para estar enfrentadas. Por ejemplo, la firma surcoreana fabrica las pantallas OLED y las memorias flash del iPhone X, el terminal estrella de Apple. El acuerdo implica a los móviles que también lanzarán en 2018. Por otro lado, ambas compañías tienen nuevos enemigos de los que preocuparse: las empresas chinas de telefonía móvil. Compañías como Huawei, Xiaomi u Oppo cuentan con una importante ventaja competitiva respecto a las dos empresas hegemónicas del mundo de la tecnología móvil: al producir en China se encuentran sometidas a unas regulaciones más laxas que las empresas occidentales en materia de propiedad intelectual, afrontan unos menores costes de fabricación y desarrollo de sus productos y, en algunos casos como Huawei, sus directivos tienen fuertes conexiones con el Gobierno y el Partido Comunista de China.

En otros casos, como sucede con Xiaomi y Oppo, estas empresas apuestan por reducir sus márgenes de beneficios para ofrecer unos terminales con un hardware similar al de grandes multinacionales ya consolidadas a un precio mucho más ajustado .Mientras se prolongaba el litigio entre Samsung y Apple, las empresas chinas dejaron de ser una amenaza hipotética para convertirse en una realidad. En 2012, al poco de comenzar el proceso entre ambos, Samsung dominaba el mercado con un 30% de las ventas y Apple contaban con un 19% de la cuota. Unos porcentajes que, en ambos casos, se han reducido considerablemente tras la firma de este armisticio y ahora Apple controla un 16% de la cuota de mercado y Samsung un 23%.

 

 

 

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