En verano las horas de luz aumentan notablemente, pero también lo hace el uso de algunos electrodomésticos, como por ejemplo la nevera o el aire acondicionado, que funcionan a pleno rendimiento. ¿Quieres evitar los sustos en la factura de la luz? Con el fin de huir de los sobresaltos y, ante todo, cuidar el planeta y conseguir una vivienda saludable, ¡Sigue estos consejos!.
1. En primer lugar, de la misma forma que el resto del año, un termostato es tu mejor aliado. Su cometido es evitar que el aire acondicionado permanezca muchas horas encendido. En pleno verano, la temperatura no debería bajar de los 24 grados.
2. Ventilar la casa y renovar el aire debe formar parte de tu rutina. Abrir las ventanas, siempre a primera hora de la mañana y durante unos pocos minutos (no más de 15), para, después, cerrarlas. En las horas centrales del día, procura dejar las persianas cerradas para mantener la casa en penumbra.
3. Contar con un aislamiento adecuado es la mejor decisión para ahorrar en la factura de la luz. De hecho, la colocación de ventanas de PVC reduce las perdidas de energía en un 40 por ciento.
4. Los ventiladores son muy útiles, sobre todo durante la noche. Su consumo es mínimo y los nuevos modelos cuentan con motores muy silenciosos. Lo ideal es ubicarlos frente a las ventanas para generar corriente. De este modo, se consigue reducir la temperatura de las habitaciones hasta cinco grados.
5. Elige toldos para todas tus ventanas. Está demostrado que reducen el gasto energético hasta en un 60 por cierto (datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía). Si puedes elegir, siempre será mejor una tela clara y sin dibujos.
6. El aire acondicionado puede secar el ambiente y esto resulta perjudicial para la salud. El mejor truco para combatir esta cuestión es colocar cuencos con agua en todas las estancias, además, puedes añadir al recipiente unas gotas de tu esencia favorita para aromatizar el hogar.
7. Todos los años, preferiblemente antes de ponerla en marcha, debes limpiar los filtros de la máquina del aire. Muchas veces la suciedad provoca que no funcione correctamente, lo que dispara el gasto energético.
8. Si bien, durante los meses de invierno, la secadora es un electrodoméstico básico, con la llegada del calor puedes obviar su uso. Con el simple gesto de tender la ropa, ahorrarás mucho dinero a final de mes.
9. Un recurso que pocos hogares ponen en práctica es controlar la temperatura del agua desde la caldera. Cuando empieza el calor y no dejan de apetecer los baños excesivamente calientes, puedes bajar manualmente varios grados la temperatura máxima. ¡Un truco sencillo que no debes pasar por alto!
10 Este consejo es válido para todos los días del año: mucho cuidado con dejar las luces encendidas. ¡Supone un 20% del total de la factura de la luz! Además, en verano dan muchísimo calor.
Como ves, son consejos sencillos, fáciles y al alcance de todos. Así que no hay excusa para ahorrar y garantizar una vivienda mas saludable.